El índice de todos los artículos, excluyendo alimentos y energía, aumentó un 0.1 % en marzo; un 2.8% interanual.
Un nuevo informe sobre la inflación en Estados Unidos mostró una ligera disminución en el crecimiento de los precios en marzo, pero los analistas afirman que cualquier resultado que indique desaceleración probablemente ya no sea significativo.
Los precios al consumidor aumentaron solo un 2.4 % en marzo con respecto al año anterior, según informó el Departamento de Trabajo este jueves, frente al 2.8 % de febrero. Esta es la cifra de inflación más baja desde septiembre.
Excluyendo las categorías volátiles de alimentos y energía, los precios subyacentes aumentaron un 2.8% con respecto al año anterior, frente al 3.1% de febrero, la segunda caída consecutiva.
El informe muestra que la inflación se está enfriando en gran medida, tras mantenerse elevada durante el otoño y el invierno. Los precios subyacentes se mantuvieron estancados en 3.3 % durante cinco meses antes de desacelerarse en febrero.
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Aun así, la mayoría de los economistas esperan que los aranceles restantes puedan elevar los precios ligeramente a finales de este año.
Trump impuso aranceles generalizados a casi 60 países la semana pasada, lo que provocó una fuerte caída en los mercados financieros y una fuerte caída en la confianza empresarial y del consumidor. Sin embargo, el miércoles suspendió esos aranceles durante 90 días.
Mantuvo un elevado arancel del 125% sobre todas las importaciones procedentes de China y aranceles del 25% sobre el acero, el aluminio, los automóviles importados y muchos productos de China y México.
Es probable que los aranceles restantes sigan impulsando la inflación este año, según los economistas, incluso con la suspensión de 90 días de algunos aranceles.
Las empresas estadounidenses "parecen estar dispuestas a trasladar los aumentos de costes a los consumidores", escribieron analistas esta semana, citando una encuesta de la Reserva Federal de febrero que reveló que el 80% de los encuestados subiría los precios tras un aumento de los costes de los insumos, y el 60% afirmó que el aumento sería al menos igual al importe del incremento de costes.
“Estos hallazgos indican un impacto generalizado y una alta probabilidad de que la mayoría de las empresas afectadas trasladen los aumentos de costos a los consumidores”, escribieron los analistas.
Si bien la pausa anunciada el miércoles implica que las consecuencias económicas del plan de Trump podrían no ser tan graves como se temía, las firmas de Wall Street siguen prediciendo una desaceleración drástica de la economía como resultado de todo el episodio.
En una nota a clientes tras el anuncio de la pausa de Trump el miércoles por la tarde, los analistas de Goldman Sachs afirmaron que aún pronosticaban un 45% de probabilidad de recesión, con un crecimiento económico en 2025 desacelerándose al 0.5% y una inflación a 12 meses que podría alcanzar el 3.5%.
Trump ha dado su propia interpretación a la situación, escribiendo en su plataforma Truth Social esta semana que no había inflación, ya que los precios del petróleo y los alimentos estaban cayendo.